SARTRE: Su filosofía en mi vida

SARTRE: Su filosofía en mi vida

El Existencialismo en mi vida

Jean Paul Sartre y su filosofía existencialista llegaron a mi vida como la mayoría de las cosas importantes llegan a la vida de un ser humano: sin buscarla.
Unas peregrinas de la cultura, en medio de su viaje, se cruzaron conmigo, regalándome un libro de este genio literario. Este hecho, junto a a su predicación del Santo Evangelio de los Oprimidos (la filosofía de Marx), influyeron notablemente en mi pensamiento.
a todos ellos les debo, indudablemente, gran parte de la formación intelectual que hoy es mi orgullo.

lunes, 29 de octubre de 2007

HABITUS (BOURDIEU)

HABITUS EN BOURDIEU

Fuente: Alicia Gutiérrez

Lo social hecho cuerpo

Las estructuras internas resultan fundamentales para realizar estudios sociológicos. El término “habitus” proviene del griego “comportarse”, pero en Bourdieu es considerado como “manera de ser” y posee dos acepciones: en un comienzo, Bourdieu lo consideraba como “reproducción”, abandonando dicha posición años después, considerándolo una “invención”. Estos habitus son factibles de ser modificados, a través de un proceso llamado “autosocioanálisis”.
El habitus, como reproducción, es el “principio de la producción de las diferencias escolares y sociales mas duraderas, generador y unificador de las conductas y las opiniones que tienden a reproducir el sistema de las condiciones de las que es producto”. Esto quiere decir que la actividad pedagógica (escuelas, universidades, sistema educativo en general) reproduce las estructuras sociales que se perpetúan en la práctica, volviéndose un proceso irreversible.
Cuando Bourdieu define al habitus como inventiva, le otorga una dimensión mas activa, definiéndola como “estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes” (estructuras estructuradas estructurantes). Es así como la historia se hace cuerpo, generando en nosotros disposiciones a actuar, percibir, valorar, etc. de cierta manera determinada. El sujeto se muestra como un producto histórico, constituyendo esta una segunda naturaleza: la naturaleza social.
Así entendido, el habitus constituiría un estado del cuerpo, que refleja cierta manera de hablar, moverse, pensar y sentir, donde lo pensable y lo no pensable (los límites de aquello que podemos pensar y lo que no) son figuras preadaptadas a las exigencias sociales, es una internalización de la exterioridad. Así es como la libertad de pensamiento y acción solo se produce dentro de los límites que nos impone el contexto socio-histórico.
El habitus se convierte en condición objetiva y capital simultáneamente, siendo un recurso y una limitación al mismo tiempo, constituyendo un esquema generador y organizador a la vez, es la práctica social puesta en relación.
Esta presencia activa de todo el pasado nos permite afirmar que la independencia de nuestro presente es relativa, se opone a la necesidad mecánica (determinismo) tanto como a la libertad racional (existencialismo). Se considera la historicidad del sujeto: lo personal es social (al igual que las cosas). Así es como el habitus se extiende a todos los dominios de la práctica.

Habitus de clase

Toda actividad del sujeto está “orquestada” (dirigida) con las actividades de una misma clase, reproduciéndose los mismos esquemas en distintos campos.
El habitus de clase es la incorporación de la misma historia, que persigue un mismo objetivo en un grupo de clase determinado. Una homogeneidad de habitus representa una homogeneidad (igualdad) de contexto, pero sin embargo, no hay referencia consciente hacia las mismas, es decir, no se realiza “a propósito” esa internalización de las características de la clase a la que pertenecemos. Los habitus de clase constituyen un sistema de disposiciones común a un grupo.
Lo individual es solo una variante dentro de las estructuras del grupo. Bourdieu también los define como “semejanza entre sujetos que comparten un contexto histórico social determinado, dentro del cual también se encuentran habitus individuales”.
Toda nueva experiencia se estructura en función de las anteriores, constituyendo una integración única, resultando fundamentales las primeras experiencias. El habitus es el principio no elegido de todas las elecciones. Estos habitus tienden a rechazar (de manera inconsciente) todas las informaciones que cuestionen la información acumulada con anterioridad, siendo la síntesis entre historia individual e historia colectiva.
En conclusión, los habitus de clase podrían definirse diciendo que son “respuestas adaptadas a un campo que conforman la historia individual, moldeadas por las primeras experiencias que reflejan la historia colectiva de la clase”.

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